martes, 19 de julio de 2016

Día Cuatro: Con el chucuchú del tren

Todo el día de hoy gira en torno a la Vía Verde más larga de España, la de Ojos Negros. De ahí el título. 

Haciendo números, gestionando esfuerzos, huyendo de la costa hacia el interior, he ido a parar a un fresquito camping (Altomira) donde me he homenajeado con tarde de rey, piscina, cena de dos platos y postre. Arroz, pechuga y milhojas. Mejor no se puede vivir. O igual sí... Pero yo estoy muy satisfecho. En todos los sentidos.  

He dejado de pensar en lo que me queda, más que nada porque aún restan cuatro cifras. Pero os dije que esto no era un blog de bicis ni de rutas, así que cambiemos el tercio.
Retomo. En un día, o en unas horas, he pasado de la playa al monte. Curioso ver tanta chancla y toalla y ahora tanto bungalow y tanta tienda, de esas enormes, con todo lo que puedas imaginar... Buscadores de pokemons incluidos, ojo. Por dios que puñetera fiebre...  Salid a la calle, iros a un bar. Cagüen sos...  
Ya tenía ganas de perder de vista el mar, por feo y desagradable que suene en alguien que se crió en la lengua del agua. Será  por eso de que la cabra tiende al monte. Y hablando de tender... Tengo la parcelica rodeada de ropa. He improvisado una cuerda con los pulpos que llevo sujetando el equipaje, y había por ahí no se qué tubo suelto, perfecto para colgar calcetines. Como mañana no esté todo sequito me toca pedalear en plan comando. Tan boniquet.
Es divertido lo del camping. Entre mis cuatro líneas de adoquines caben un par de  todoterrenos con remolques, y yo ocupo una esquinita con la tienda y la bici. Tengo a una familia de alemanes por un lado y a una pareja con niño, embarazo en ciernes y perro pachón por el otro. Todos simpáticos, habladores, preguntones...  "¿Vas tú solo? ¿Desde dónde?  ¿Desde cuándo?...".  Me lo preguntan tanto que ya tengo un guión, una cara ensayada y una sonrisa de satisfacción para todo aquel con el que charlo un rato. Y ya me conocéis, hablo hasta dormido. Así que ésto es un no parar.
Pero sigo sin ver gente haciendo la ruta. Nadie. Será el calor (tampoco es para tanto),  o la distancia (¡que tampoco es para tanto!) o lo difícil del recorrido (¿¿¿otra vez???)...  No. Tampoco es para tanto. Pienso lo mismo que cuando empecé. Esto lo hace cualquiera. Igual es esa idea la que me hace despertarme cada mañana.
Estoy bien, para aquellos que se preocupan. Voy cuidándome mucho. Como bien, bebo mucha agua (unos 6L diarios), tengo cremas y protector solar, cacao para los labios, calcetines limpios para cada día, una gran cantidad de energía positiva, otra pequeña cantidad escondida en un bolsillo como reserva de emergencia y ganas de seguir adelante. La experiencia es tan inolvidable como siempre. 

Gracias, por cierto, a todos los que leéis y compartís. Es maravilloso pensar que cada noche hay gente esperando a que el nene escriba unas cuantas chorradas. Y cada pequeña aparición que hacéis me dibuja una sonrisa de oreja a oreja. Curioso que al que no se calla nunca, al final, le falten palabras de agradecimiento.
Última cosa: Antonio, míster pedales, hoy tiré por primera vez de ¡Gel de glucosa de absorción rápida y con sabor a fresa!  ¡¡¡Yummm!!!
Estas cosas no están buenas. Y además, me he dado cuenta de que caducó en marzo...

Estos caminos te echan de menos, amigo. Vete planeando algo para el año que viene. Ah, no... Espera... Que yo de ésta cuelgo las botas... 


3 comentarios:

  1. Estas hecho un maquina, animo y sigue pedaleando. Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Estas hecho un maquina, animo y sigue pedaleando. Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Próximo reto con un bonobús ???
    Ánimo, go go go !!!

    ResponderEliminar