miércoles, 20 de julio de 2016

Día Cinco: Y subiendo

Para mí, lo mejor de estos viajes, amén de hazañas personales, es que pasas por lugares completamente desconocidos, que no sabías ni que existían. Y si vas con actitud positiva, como es el caso, y que dure, puedes llevarte conversaciones de esas que recordarás toda la vida, de gente a la que dentro de un tiempo no sabré ponerle cara, porque mi cabeza termina mezclando todo, pero de las que diré aquello de "ostras, ¿os he contado lo que me pasó no se donde?".  Lo peor será que escuchareis la misma historia mil veces...
Hoy ya me he cruzado con más gente en bici, aunque todos en sentido contrario al mío. Es decir, el correcto. O no. A mí me gusta la dirección que llevo yo...
Siempre me ha pasado en estos viajes que, cuando más emocionado voy, cuando empiezo a repetirme que igual esto sí que tiene cierto mérito, me cruzo con alguien que está inmerso en una salvajada mucho mayor. Y ahí es cuando yo me doy cuenta de que todo es ponerse. Y el héroe de hoy es... ¡Alain!
Alain es un señor francés de unos cuarenta y largos años que salió hace una semana, atención, redoble de tambores, de Burdeos. Atiende. Pero es que no queda ahí la cosa. Es que el señor Alain va hasta Torrevieja (qué gracioso suena Torrevieja en acento francés) y vuelve ¡también en bici! Y lo más grande de todo es que dice que no puede tardar más de cuatro semanas, porque si no lo mata su mujer.
Me fascina la capacidad del ser humano, cómo nos ponemos en riesgo, cómo nos intentamos superar, y no hablo ya del plano físico o deportivo...  Es algo que llevamos grabado a fuego en nuestras almas, o en nuestros genes mejor, supongo. Cuando estoy de vacaciones me olvido de la ciencia...Pero lo que nos mantiene vivos, lo que nos hace sentir cada palmo de terreno que pisamos, es precisamente eso, el reto personal, fisico o mental, da igual. Pero qué bonito es levantarse cada día con una idea rondando por ahí, delante de tus ojos.
Eso es lo que me está pasando con el blog. Cada cosa que se me aparece durante el día  intento recordarla para compartirla después y hacer esta experiencia mucho más inolvidable de lo que ya está siendo, pero prefiero guardarne algo, y así ya tenemos una excusa para unas cañas. Y ya os contaré en vivo cuando empezó a llover la tarde del miercoles y me pilló en pleno monte, o la de túneles que he pasado sin luces porque se me olvidó cargarlas, o la bronca que le ha liado un señor a una concejal de un pueblo porque "los matojos invaden la carretera de acceso a mi casa y ya he hecho tres escritos y me habéis mandado el acuse de recibo pero seguís sin hacer nada porque todos los políticos sois unos sinvergüenzas y un día como se me cruce un cable cojo un bidón de gasolina y le pego fuego a medio monte y entonces ya verás si me hacéis caso y bla bla bla... ".

Lo dicho. Historias para unas cañas.
Id poniendo fecha.
¡Buenas noches!
(que ya estamos en Aragón)

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