sábado, 8 de julio de 2017

A veinte días vista

Al llegar el año pasado a Burgos me quedé con unas ganas locas de seguir, a pesar de los 1300km en poco más de 10 días que me tatué a fuego en los gemelos. De seguir escribiendo, puntualizo. De pedalear pocas ganas me quedaron.

Lo de hacer de cronista de mis propios sucesos se ha convertido en algo necesario, que uno necesita camuflar sus miserias, y ésta es la mejor de las maneras. Así que... Aquí estamos de nuevo, a cuatro semanas de empezar.
Este año me he propuesto sajar España de esquina a esquina, en pleno mes de agosto y como siempre, sin demasiado juicio. Me gusta ponerme al límite, cosas de estar medio loco, ya sabéis, nada nuevo bajo el sol.
Que si a dónde vas, que si no lo has pensado bien, que si qué necesidad tienes... Todos los años igual. Me cuesta hacer entender al personal, y eso me cabrea, cuánto bien me hacen estas aventurillas. No es por apuntarme tantos, ni por competir con nadie, ni por hacerme notar... Es algo que descubrí hace unos años y que me ayuda a seguir evolucionando como persona, para bien, creo. Y si el año pasado os dije que cualquiera es capaz, este año lo repito hasta aburrir. Que es cuestión de tiempo y ganas.

Por poneros en situación, en unos veinte días saldré de Cabo de Gata, dirección a Finisterre, enlazando el camino mozárabe, la vía de la plata y, probablemente, el camino sanabrés. Son en total unos 1500km contando con equivocaciones, que de esas hay muchas, porque tiendo a desconectar y perder flechas de vista cuando voy charlando con Sarah, que viene también, of course. :)
En realidad, es ella la única que está lista. Yo ando medio lesionado, como siempre, sin demasiada preparación, como casi siempre, y sin haber chequeado aún lo que voy a necesitar, porque aún es pronto, me repito. Pero ya empiezan a aparecer esas burbujas cerebrales, esas ganas de perder todo de vista y solo plantearme dónde demonios voy a dormir y hasta dónde puedo llegar.

Como el año pasado, ésto no será un batiburrillo de perfiles y distancias. Os contaré mis sensaciones, mis miedos y mis triunfos, con la mejor de las intenciones, y pidiendo con la boca chica un poco de aliento porque, como el año pasado, os llevaré a todos en las alforjas. Que demasiadas veces se me olvida daros las gracias.
Seguimos en una semana, con los momentos previos.
Se os quiere y se os admira.
A todos.

1 comentario: